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martes, 31 de agosto de 2004. Información actualizada por Guiller

La tipografía

Usos distintos para cada tipo de letra

Los ordenadores que tenemos en casa poseen un gran número de tipografías que podemos usar en nuestros diseños. Existen muchos tipos que a su vez se subdividen en otros: romanas o con serifa (como la Times), de palo seco (Helvética), manuales (Brush Script), de fantasía, etc. Tantas clasificaciones como usos. Cada trabajo que iniciemos requerirá de una tipografía y no otra. No podemos cegarnos en una fuente porque nos parezca muy bonita o porque a esa otra empresa le queda muy bien. Nuestro cliente requiere una personalización de su diseño y tan importante es la imagen gráfica que hagamos del mismo como su traslación textual.

Una fuente se compone de muchas versiones: minúsculas (caja baja), mayúsculas (caja alta), negritas, cursivas, condensadas, extendidas,... Hemos de comprobar que nuestro diseño conserva todas sus cualidades en todas las posibilidades de una letra, y desechar si fuera necesario aquellas opciones que mengüen la fácil comprensión del diseño.

Un simple vistazo a mucha de la publicidad que nos llega a nuestros buzones nos dará una muestra perfecta de lo que pretendemos transmitir. Distintas fuentes de diferentes tamaños, colores, negritas, cursivas,..., en un mismo envío. En ocasiones, ese uso masivo está justificado por la estrategia publicitaria definida de antemano, pero no es la norma habitual.

Además de la oportunidad en la elección de un tipo de letra, no hemos de olvidar otro factor: la legibilidad. Al igual que no podemos (no debemos) deformar un logotipo, tampoco podemos deformar las tipografías a la ligera. Por ejemplo, si reducimos el espacio entre letras de una palabra (tracking) o lo ampliamos, hemos de tener en cuenta que con ello vamos a perder legibilidad. Hemos de valorar si esas modificaciones son justificables y si nos podemos permitir esa pérdida de legibilidad.

También hemos de tener en cuenta los destinos habituales del texto. Si escogemos una tipografía con caracteres muy delgados, en formatos muy pequeños o en determinados fondos de color, quizá la perdamos. Una letra gruesa puede servirnos para fondos de color, pero si hacemos un uso inadecuado del mismo, puede ensuciar todo el diseño.

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